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viernes, 30 de enero de 2015

En los adentros del rancio convento Carmelita...

…de un momento a otro va a producirse un increíble salto en el tiempo. Con otros personajes, con otras imágenes, entre otras paredes quizás, pero con idéntico clima emocional, y en un gesto poderoso y silente, saldrá del sacro convento camino de una misteriosa pasión de la ciudad. Sera, manto rojo y resplandores, la primavera mágica. Y no hay nada comparable cuando estalla ese cielo de la ciudad hecho cofradía un Martes Santo, que nos devuelve a lo que es una estación de penitencia con sentido y de verdad.

jueves, 29 de enero de 2015

Una ciudad dolorida

Te extraño tanto en la liturgia de la media luz... a solas, mientras el frío y el albor que está por llegar sacuden las almas y despiertan nuestras más enraizadas y emotivas rogativas, me reconforta desenterrar que yo sin más, he alcanzado a soportar un ascua fugaz por el mismo trayecto por el que Tú fuiste llevando día a día todas mis suplicas y cansadas cruces. No me veo en el reflejo de mi oscuro espejo, no me alumbra la luz de tu escondida y sin par mirada, claridad en mi enlutada historia. Pero pronto la Majestad de una Madre vestida de tafetán azulado en la plaza, volverá a perdonar mis pecados. Y me consolara en esta vida y en su muerte, dejando mi devoción a la intemperie.

domingo, 25 de enero de 2015

De costaleras maneras...

Se nota en los ambientes que algo está cambiando. Aún no cala el incienso, pero tal vez, ni eso haga falta para llegar a ese reino sutil que imagina nubes blancas y cielos celestes, y flores de siempre suspendidas en el verde de unos naranjos cubiertos de Amor al llegar la primavera.
Llega un nuevo tiempo de espera; víspera de las vísperas, y de nuevo llega un reto para quienes hacen posible cada año, cada cuaresma, cada primavera, que el sueño de ver a Dios andar por nuestras calles sea una palpable y auténtica realidad, que sentir el roce de su mano, de su pie rodeado de cera y luz en cada altar sea una sensación que nos haga emocionar, que oír el llanto de una Madre acompasado con un racheo de zapatillas que marcan su caminar, sea la manera más pura y sencilla de rezar, simplemente de hacernos sentir que nuestra ciudad se convierte en una nueva Jerusalén  de verdad.
 Queda sólo un suspiro para llegar a los días que dan sentido a este universo de benditos locos, y un año más ahí estaréis para contárnoslo...

martes, 20 de enero de 2015

La Soledad de una ciudad

La vida no puede definirse, hay que sentir su pálpito en cada instante que transcurre, descubriendo que nunca pasa ajeno a nosotros, que forma parte de nuestra propia existencia… A veces quisiéramos que se parase el tiempo de nuestra vida en aquel momento o aquel lugar… por toda una eternidad… Tenemos la capacidad de revivirlo en la mente, nos damos cuenta de que forman parte de nuestro ser… que en ellos hemos descubierto un sentido, unos valores, que no estamos solos… y desde la fe, que hay una Madre que vive en todos ellos como una misteriosa experiencia de Amor.
Nuestras cofradías, nuestra Semana Santa es un acontecimiento que sobrepasa ampliamente los límites espacio-temporales para implicarse de una manera real y profunda en el ámbito vivencial de nuestra gente. Define actitudes que comprometen la existencia de una persona, valores que orientan un sentido muy concreto de comprender la realidad y adivinar una esperanza más allá de ella. La Semana Santa, sus cofradías, sus imágenes no se ven, se “viven” y se "sienten" en infinidad de momentos que abarcan más allá de los siete días y no se limitan a espacios definidos previamente, aunque existan marcos privilegiados. Son momentos de encuentro, de dialogo, donde las personas descubren el amor de una Madre que vive en medio de los hombres, que se hace visible desde la devoción a unas imágenes benditas y merced al tiempo… El tiempo…esa sombra que Dios esculpe en las esquinas del atardecer para que descubramos la verdad y la grandeza de las cosas... El tiempo…esa distancia que nos separa de las emociones, va pasando lentamente, como notas de Font de Anta, que se duermen al abrigo de un aterciopelado manto y al calor de unos rancios faroles en la encendida tarde en que un palio de tafetán negro se mece por las callejas que rodean la anhelada, cada naciente primavera, Plaza de Los Mercedarios... El tiempo…ese camino que nos separa del gozo y la magia del instante fugaz, se queda enredado entre los arboles de San Pedro, perfumando un sueño que dura 450 años, una eternidad junto a Ti, Soledad.

domingo, 18 de enero de 2015

Y es que...

Después de verte... Señora de los Dolores, carita de azucena, todo es posible en la tierra; que el sol se abrase en tu rostro, que la luna se estremezca al ver temblar tus mejillas cuando lloran las estrellas.
Que el rosal se haga rocío, y el invierno primavera, y los almendros en mayo entre tus manos florezcan mientras cuelgan las golondrinas rosales por las veletas.
Después de verte... Madre, de Dolores repleta, todo es posible en la tierra; que se disuelvan contigo mis llantos y mis tristezas, y todo el dolor del mundo en tu divina presencia, y que la muerte se aleje y para siempre amanezca nuestra pascua repicando palomas blancas y estrellas.
Después de verte, Madre del Perchel en tu trono de Reina, en tu hermosura perfecta, Madre de Dios, uno y trino, todo es posible en la tierra.
Todo menos otro rostro, y otro perfil de azucena, y otro candor en los ojos, y otra angelical pureza. Otro profundo misterio, una criatura que tenga la belleza tan sencilla que Dios quiso que tuviera la Reina de un barrio castizo, de los que no quedan,  nuestra Madre bendita en los cielos y en la tierra.

viernes, 16 de enero de 2015

Caridades

En estas larguras escasas, muy escasas, es en las que el Señor al que desde niños hemos rezado se vuelve humano, lo vemos como hombre verdadero, es aquí donde notamos que un último hálito de su reseca boca se escapa, es aquí donde se hace visible su frágil ya, respiración y nos enmudece con su desesperada expiración, es aquí… en donde camina de la mano de hijos que a sus pies van rezando a golpe de un izquierdo que derribe esa lanza y ponga en sus manos Caridad de caridades por las sombras de las calles de la espera,… esa Caridad que brilla sobre la cal blanca de las casas que lo acunan y lo miman.

martes, 13 de enero de 2015

Sueños nazarenos

Y la luna abrazaba tu pena, y mi pena de madrugada… soledad nazarena a la luz de la cera. Y hasta se duermen esos sueños nazarenos en vuelos de paloma blanca, que hasta el convento vuela y vuela, y a la vera de su Santa descansa. Y en la inmensidad de ese sueño, capirote alto y negro de creyente arrepentido, me quedo con lo homérico de sus voces etéreas rodeadas de clausura, me detengo en esa corpórea serenidad y en la paz que rezuma ese monasterio.

domingo, 11 de enero de 2015

Hoja informativa Nº 2. Hermandad de las Penas


Pinchando en la foto del Señor que tenéis en la columna de la derecha, podréis acceder a la lectura de la hoja informativa que edita la hermandad de las Penas. Viene a cubrir las actividades y actos que se han desarrollado en estos meses de Navidad y los que tendrán lugar hasta la llegada de la ansiada cuaresma 2015. Esperamos que os sea de utilidad.

domingo, 4 de enero de 2015

Las raíces del cofrade

Ellos son el futuro cierto. Los continuadores de nuestras más rancias tradiciones, los guardianes de nuestras más hondas devociones... de ahí nuestra responsabilidad en orientarlos y educarlos en la fe y en las buenas costumbres, de transmitirles nuestras pasiones, nuestras raigambres religiosas. Llevarlos de la mano con dulzura pero con firmeza, para que desde la más tierna edad participen en nuestras vivencias. Y no me vengan a decir que mejor cuando comprendan y lo pidan ellos mismos, porque en idéntico caso estaríamos con el bautismo y respondemos por ellos ante la Comunidad eclesial. Mejor -peor, claro-, que se desvinculen cuando tengan ese uso de razón que les haga discernir por ellos mismos si nuestras Hermandades y Cofradías son el medio apropiado para el crecimiento de su vida cristiana, lo que sigue representando un auténtico reto para todos los cofrades.
Pues esos niños, como el de la foto, como hemos sido muchos de nosotros, guardan recuerdo imborrable de sus primeros años asistiendo -sin comprender mucho, más bien casi nada- a los cultos, de los primeros besos en la mano de la Virgen o en los pies de Cristo, de la incontenible emoción cada vez que había que probarse la túnica, -pequeña tirana que obligaba cada año a usar de tijeras, agujas, hilo y demás útiles- porque siempre se iba quedando pequeña y había que salir de nazareno; ese supremo momento en que se llega a la iglesia, con  todo dispuesto para salir a la calle, vistiendo el hábito nazareno o, los más pequeños, de acólito, sintiendo una inenarrable emoción al contemplar las filas de hermanos que iban en la procesión, de oler ese aroma inconfundible de flores, cera fresca, incienso sin encender aún, y la inquietud de ver correr el tiempo muy lento, lentísimamente, antes de que llegue el momento soñado de que la Cruz de guía eche a andar y tras ella, todos; oír los primeros sones con los que la banda de cornetas y tambores hiende al aire anunciando la salida de la cofradía.
Y salir agarrado fuerte, como a un baluarte que inspira seguridad y confianza, a ese otro nazareno -padre, hermano- que realiza la doble estación la propia y la del ejemplo que quiere inculcar en ese nuevo cofrade, proyecto moldeable, que se deja llevar convencido, a su manera, de que es lo mejor que puede pasarle.
Como ese niño tú y yo, sabemos de nuestras alegrías cada año al ir consolidándonos y perseverando en un mayor cumplimiento; "yo ya llegó hasta catedral, y yo hasta la Merced, y yo hago el recorrido entero..." cuando quizás el primer año, con solo meses, dormido en brazos de la madre, apenas si asomó a la puerta, para ir con esa parsimonia que el tiempo impone alargando la distancia, y acercándose cada año a los tramos más cercanos a los pasos.
Nostalgia si se quiere, pero no tristeza. Quizás un poco de melancolía por lo que se nos ha ido yendo, pero mucha alegría por lo que viene detrás. Ojalá este niño cofrade pueda mañana, un mañana lejano aún, recordar también esos momentos que ahora vive cuando de su mano, otro acólito, otro nazareno, sea el eslabón que comunique a generaciones y generaciones en el mismo sentir y en el mismo modo de manifestarlo.

viernes, 2 de enero de 2015

La hondura de lo que está por llegar

A escasas cuarenta y cinco anochecidas de que la espera, revestida de sempiternos desvelos, despabile  el sueño perenne entre reminiscencias y melancolías, y la luna nueva que estrenara una reluciente cuaresma suavice su sombra en las murallas de una ciudad deshecha y gastada de recontar siglos de tradiciones, concédeme tu licencia para que te suspire lo que siento cuando veo a la que con vestimentas hebraicas nos recibirá intramuros de la que es su casa, nuestra oratorio personal.
Cuando en poco menos de dos meses mis pies me requieran un respiro entre encuentros con intimistas altares y el refugio que proporcionan unos cuidados y fecundos cultos, mis emociones apelen a un benevolente sosiego y mis súplicas ya no precisen de pañuelos en los que consolar mi yerro, penetra en mis labios a través de estos esbozos que en este momento apunto y sentirás lo que ansío proclamar sobre esa mujer que veremos llorando por cualquier rincón de nuestras iglesias, velando, cuidando nuestros sagrarios, defendiendo nuestra más sacra herencia.
Necesito alcanzar que concibas, que profeses, que notes que esa que inhala idéntico aire al que tú y yo aspiramos cada mañana, cada tarde de una cuaresma cuidadosamente impregnada en incienso, cera y flor, es sobremanera  mucho más que una sencilla imagen tallada en madera. Y es que su nombre es el que remueve los raíces de cientos, de miles de corazones que acarician en su perfección sublime la senda para tocar la soñada gloria. Su mirada abre cancelas, ventanales, picaportes; rejas, cerraduras, almas, corazones;…solamente con escuchar los puntos suspensivos con que nos agracia su sonoro silencio. Es en su mirada donde reposa el cielo de los días que nos quedan por vivir y a nosotros nos quedan aún por paladear.
Vislumbra más allá de una advocación rodeada de cera, bordados, terciopelos y sedas, o de un andar sobre los pies al compás sublime de una marcha, o de una muchedumbre que anda del revés, de espaldas, oprimiendo su fe contra las paredes de unas calles desnudas pero revestidas de  su continua presencia y empapadas de sus lágrimas cada primavera, callejuelas vacías de creencias, raíces que asoman descubiertas, sin profundidad en unos sagrados misterios.
Cuando andes en esos días por nuestras calles, visites los rincones sagrados meditando el porqué de su serena presencia, busca a esa que va a caminar por aquí…en los estremecimientos de cada hermano de fila, en las fajas que fajan ofrendas y fatigas, en las clamores de las oraciones que despojan las creencias de un pueblo; ya que es ahí donde se encierra la grandiosidad de la que vive entregada en obediencia perpetua a su Dios, es ahí donde se exterioriza la magnanimidad de la que es ejemplo de vida consagrada al amor, es ahí donde se acaricia la sencillez de nuestra madre, la excelsa Madre de Dios.

Ya llega la cuaresma repleta de su amor.