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domingo, 14 de julio de 2013

Sentido ritual

Toda fiesta supone una ruptura con el tiempo cotidiano, una distinta afirmación del vivir. Pues bien, en esta tan querida como denostada, nuestra ciudad, ese "instante" de gozar la belleza esencial de las cosas que rodean al "Carmen", se desearía que fuera eterno, que perdurara mas allá del tiempo cotidiano, por lo que ese gozo tiene de victoria de la vida, de la fe, de la creencia, del rito, de la devoción en fin sobre todo lo demás, vivencia del "ahora", del momento pasional y apasionante.
Y cada momento es siempre distinto aunque tenga apariencia de ser lo mismo. Cada mediados de Julio es nuevo siendo el mismo. Siempre puede ocurrir lo "insospechable".
Cada 16 de  Julio es, de algún modo, el primer 16 de Julio. Igual que Morante cuando pisa el albero cada tarde puede ser un nuevo Morante, sin ayer y sin mañana, "solo presente". Para el código sentimental del "culipardo" nunca serán estas cosas objeto de razón. No son definibles.
El Carmen es lo inusual. La Fiesta es lo inusual y en ello radica, precisamente, la esencia de todo lo que significa como verdadera fiesta, como rito y liturgia, como signo, como comunicación festiva.
En definitiva: la fiesta es fiesta para el que la hace y esto es muy difícil de objetivar, porque lo que entra en juego es el sentimiento y el recuerdo sentimental, las claves sensitivas. Cosa de difícil captación por los foráneos, ya que son ajenos al sentido -también ritual- de su estructura comunicativa.

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